Seguramente tengas dudas sobre cómo debe evolucionar la alimentación de tu bebé, o en qué momento debes empezar a complementar la leche materna con otros alimentos. Antiguamente existían muchos mitos que hacían de este proceso un verdadero dolor de cabeza para los padres, pero hoy tenemos mucha más información sobre los alimentos y podemos asegurar que se ha vuelto más sencillo. Sin embargo, hay varias cosas que deben tener en cuenta.
La leche materna es el mejor alimento para el bebé, pues contribuye a un crecimiento y desarrollo favorables y ayuda a disminuir el riesgo de enfermedades, alergias e infecciones, pues fortalece el sistema inmunológico. Además, la lactancia refuerza el vínculo entre madre e hijo. Por ello los expertos recomiendan la lactancia exclusiva al menos durante los primeros seis meses de vida.
La lactancia debe comenzar apenas el bebé haya nacido, pues es cuando se encuentra más despierto. Los bebés tienen un instinto natural de succión por lo que no le tomará mucho tiempo descubrir cómo extraer el alimento del pecho de mamá.
A partir de los seis meses, puedes comenzar a introducir otros alimentos, ayudando a tu bebé a acostumbrarse a nuevos sabores y texturas. Ojo, estos no deben reemplazar a la leche materna, sino complementarla.
Se recomienda comenzar a introducir nuevos alimentos por separado, dejando algunos días entre uno y otro, para así poder identificar si alguno le produce alguna reacción desfavorable.
No existe una cantidad definida de cuánto alimento deben ingerir los bebés. Se sugiere comenzar con dos cucharadas y, si lo acepta, ir aumentando la cantidad. Tu bebé te hará saber cuando esté lleno y esa será la cantidad de alimento que necesita. Si crees que tu bebé no está comiendo lo suficiente o tiene bajo peso, convérsalo con tu pediatra en la próxima consulta.
Estos ingredientes alteran el sabor de los alimentos, haciendo que tu bebé se acostumbre a ellos y luego no quiera probar otros. Además, hacen que tu bebé coma más de lo necesario, pues son sabores que les gustan. Por ello lo recomendable es esperar lo más posible antes de empezar a incluirlos en la dieta del bebé.
Un bebé sano no necesita más agua que la que le brinda la leche materna o de fórmula. Darle agua puede hacer que se sienta lleno y no quiera comer. Sin embargo, a medida que va creciendo, comenzará a sentir sed y requerirá tomar agua con mayor frecuencia.
Como ya sabemos, cada bebé es diferente y no a todos les gustarán los mismos alimentos y sabores. Explora junto a tu bebé y vayan descubriendo cuáles son sus alimentos favoritos. ¡Buen provecho!