Es normal que sientas preocupación por los horarios de tu bebé. Quizás te parezca que duerme mucho o que se levanta muy seguido. Pero, aunque sea un poco incómodo, esto es perfectamente normal.
Los recién nacidos no tienen noción del día o la noche y duermen un promedio de 14-17 horas al día. Algunos pueden llegar a dormir hasta 19 horas los primeros días. Y como su estómago es todavía muy pequeño, sentirán hambre cada 2-3 horas si son amamantados y cada 3-4 horas si se alimentan con biberón. Esto hace que los primeros meses sean los más difíciles para los padres, que deben despertarse varias veces durante la noche para alimentar y atender a sus bebés.
Como ya sabemos, cada bebé es diferente, por lo que sus ritmos de descanso pueden variar mucho entre uno y otro. Algunos comienzan a dormir 5-6 horas seguidas a los 2 o 3 meses de edad, mientras que a otros puede tomarles más tiempo. Lo más probable es que hasta los 6 meses tu bebé no tenga un ritmo regular de sueño. Pero no te desesperes. A continuación, te damos algunos consejos que ayudarán a que tu bebé duerma como un angelito.
Cuando se levante por la noche, no lo estimules demasiado. Guarda los juegos para las horas en que está despierto durante el día. Si vas a cambiarle el pañal o a alimentarlo, trata de no hacer mucho ruido y mantén las luces bajas. Esto ayudará a que tu bebé poco a poco vaya asociando el día con estar despierto y la noche con el descanso.
Coloca al bebé a dormir siempre en posición “boca arriba” es decir, sobre su espalda. Nunca boca abajo ni de costado. Además, asegúrate de que no haya juguetes, almohadas ni mantas en la cuna mientras el bebé duerme.
Establece una rutina sencilla para acostarlo por la noche. Algo que funciona muy bien es darle un baño relajante, con masajes y caricias. Trata de hacerlo todos los días a la misma hora y en el mismo orden, y que la rutina termine siempre en la cuna del bebé.
Durante los primeros días es común que los bebés duerman en la misma habitación con sus padres, pero no es recomendable que lo hagan en la misma cama, pues esto puede poner en peligro la vida del recién nacido. Lo ideal es colocar una cuna o moisés cerca de la cama, para que sea más fácil atenderlo durante la noche. Procura que sea una superficie firme con un colchón cómodo, y que la iluminación de la habitación no sea muy fuerte.
Evita que tu bebé se quede dormido mientras lo cargas o alimentas. Cuando esté somnoliento, colócalo lentamente en su cuna y deja que se duerma solo. Esto puede tomarle hasta 30 minutos y es recomendable que los padres no estén presentes durante ese período. El último recuerdo del bebé antes de dormir debe ser su cuna, no el alimento ni sus padres.
Si el bebé se levanta durante la noche, es mejor esperar unos minutos antes de cargarlo, pues muchas veces se vuelven a dormir por si solos. Si esto no sucede, cárgalo suavemente evitando estimularlo demasiado. Es probable que necesite un cambio de pañal o tenga hambre.
Es inútil querer imponer horarios para comer o dormir a un recién nacido. Algunos padres tratan de mantener a su bebé despierto el mayor tiempo posible durante el día, para que duerma mejor en la noche, pero esto es un error. Si un bebé está muy cansado lo más probable es que se ponga irritable y no pueda dormir. Respeta sus horarios y anda moldeándolos poco a poco con paciencia y amor.