Una correcta higiene es fundamental para la salud, más aún cuando se trata de un bebé. Pero durante las primeras semanas de vida se requieren ciertos cuidados especiales, que suelen asustar a los padres primerizos. Si tienes dudas sobre cómo asear y bañar a tu bebé recién nacido, has llegado al lugar indicado.
Debe hacerse todos los días desde el primer día, idealmente durante el baño. Usa agua y jabón para limpiar la zona, sin jalarlo ni moverlo más de lo necesario. Luego seca el cordón umbilical con cuidado, pero sin dejar residuos de agua o jabón. Envuélvelo en una gasa para mantenerlo seco y evita que se moje hasta el siguiente baño. Recuerda que el cordón umbilical se caerá por si solo entre los 7 y 15 primeros días.
Se recomienda hacerlo todos los días o pasando un día, y que no dure más de 5-10 minutos.Durante los primeros días es preferible no mojarlo por completo, sino solamente limpiarlo con una toalla húmeda y mojar levemente su cabecita
La temperatura del agua debe ser de 34-38 grados, es decir, la temperatura corporal. Comprueba siempre la temperatura del agua antes de mojar a tu bebé y ten a mano todo lo que necesitarás: toalla, jabón, ropita, etc. Nunca, por ninguna razón dejes al bebé solo en ningún momento.
El orden del baño debe ser de arriba hacia abajo. Comienza por su carita, limpia con una toallita suave sus ojos, de la esquina interior a la exterior. Luego utiliza un jabón sin fragancia para su cuerpo, prestando especial atención a los pliegues de la piel. En el caso de las niñas, sus genitales siempre deben limpiarse de adelante hacia atrás. Si se trata de un niño, no se debe jalar ni retraer el prepucio.
El secado es tan importante como el baño, pues los residuos de humedad pueden ocasionar la aparición de hongos en la piel. Al terminar el baño, envuelve a tu bebé en una toalla, colócalo sobre la cama o el cambiador y date el tiempo de secar delicadamente cada parte de su cuerpecito.
Por lo general los bebés nacen con las uñas bastante largas, por lo que se suele pensar que necesitan ser cortadas. Sin embargo, las uñas de los recién nacidos están más pegadas de lo normal a la piel, lo que hace que sea muy difícil cortarlas sin provocarles una herida.
Por ello lo mejor es esperar unos 20 días antes del primer corte de uñas. Si temes que tu bebé se lastime, puedes colocarles guantes o limar ligeramente sus uñas con una lima especial. Pasado ese tiempo podrás usar una tijera pequeña de punta de roma para cortárselas cada vez que lo consideres necesario. Una buena idea es hacerlo mientras están dormidos.
Los recién nacidos no requieren una limpieza especial de los oídos. Pero si quieres limpiar mejor esta zona, puedes utilizar un cotonete, pero solo para limpiar las partes externas de las orejas. Nunca introduzcas nada ni ejerzas demasiada presión sobre los oídos del bebé. En caso de presentar molestias o secreciones, consulta de inmediato con tu pediatra.
Un recién nacido utiliza un promedio de 6-8 pañales al día y es normal que realicen una deposición cada vez que comen. Por ello es importante cambiarlos con frecuencia para evitar que la orina y las heces estén en contacto con su piel. No esperes a que el pañal esté muy mojado o sucio, cámbialo apenas notes que ha hecho pipí o popó.
Durante el cambio, puedes utilizar agua y una esponja, o toallitas húmedas como las de Pañalín, que son hipoalergénicas y están hechas con ingredientes naturales que no irritan la piel de tu bebé.